Sabemos que hay mucha gente a la que le cuesta leer. En el colegio se la reconocía porque prefería los libros de lectura obligatoria que tuvieran dibujitos. Cuanto más mejor. Pero los dibujos pueden ayudar también a seguir una buena historia, convertidos de elementos decorativos a ventanas por las que asomarse la trama. De esto van las novelas gráficas, que reúnen en sus páginas una buena historia y unas ilustraciones muy cuidadas.
En la biblioteca de El Pueblo pueden leer Heimat: lejos de mi país. Salamandra, Barcelona, 2020, una obra impresionante de Nora Krug. Ella pertenece a la segunda generación de alemanes nacidos tras la segunda guerra mundial, una generación que, por tanto, no vivió en primera persona el horror y la miseria moral del régimen nazi y cómo ello manchó para siempre la imagen que los alemanes tienen de sí mismos. Incluso la que los demás tienen de ellos. Extrañada por el rechazo que su acento alemán causa en sus viajes, Krug decide enfrentarse a ese pasado viajando directamente a Alemania y documentando las historias de sus antecesores. “¿Cómo vas a saber quién eres si no entiendes de dónde vienes?”
En la biblioteca de La Punta tienen Regreso al Edén. Astiberri, Bilbao, 2020. Paco Roca nos presenta un crudo recorrido por la España de la posguerra a partir de una foto familiar en la playa de Nazaret de Valencia. Una playa que, por cierto, desapareció engullida por el puerto de Valencia en los años ochenta. La historia de Antonia, reflejada a cuatro colores, refleja la miseria física y moral de la mayoría de los supervivientes de la guerra durante el régimen franquista, con el agravante de pertenecer a una familia republicana.
Tanto si te gusta la lectura como si quieres darle una oportunidad, las novelas gráficas te harán pasar un buen rato.