El agua, o más bien su falta, ha moldeado la identidad de un pueblo que ha tenido que moverse de estación en estación en busca de tan preciado recurso. Un juego perverso en el que Tijarafe y el agua se dan la espalda y se buscan constantemente. Cuando los vientos Alisios quieren traer humedad desde el noreste se topan con la cordillera de Cumbre Vieja.
Abundando en la paradoja, el Alisio gana presencia precisamente en verano y, sin embargo, rara vez logra aportar agua al municipio de Tijarafe. Esa derrota constante ha marcado la economía y los movimientos de población en el municipio.
La Fuente de Trasjocade o Trashocade es uno de los hitos que reflejan el esfuerzo del tijarafero por vencer en esa pelea contra la sequía que cada etapa estival, golpeaba al municipio. Muy pocas fuentes permanecen en Tijarafe. Reductos que constituyen una de las bases de la identidad histórica local.
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